27.6.13

SOMOS HIJOS DE DIOS


Una vez escuché a un grupo de niños que se estaban burlando de un niño de la escuela que era hijo adoptivo. Le dijeron a él, "Tú no eres el verdadero hijo de tu papá." Él se aguantó lo más que pudo, pero al final les contestó: "Lo único que les puedo decir es que mi padre me escogió a mí, pero quizá sus padres no pudieron hacer otra cosa que aceptarlos a ustedes". Fuimos escogidos por Dios, para ser sus hijos, y por su gracia “estaremos para siempre con el Señor”, sirviéndole y adorándole, es necesario aprender acerca de los privilegios que tendremos en el cielo, pues nuestra ciudadanía es celestial, somos hijos de Dios.


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18.6.13

PUEDES CONFIAR EN DIOS


Recordemos que Isaac nace en la vejez de Abraham y Sara, y que que ambos se habían reído cuando Dios les hizo ésta promesa, pues eran de edad avanzada. Es en éste marco cuando Dios les pregunta: “¿hay alguna cosa difícil para Dios?” (Gén. 18:14), y la respuesta es una sola: “No, no hay nada difícil para Dios”. Aunque veamos las circunstancias adversas y contrarias, aunque nuestra razón nos diga que no es posible y otros concluyan diciendo que es una fantasía, sí Dios lo dijo, él lo hará. Entonces persevera, continúa avanzando, él es fiel a su palabra, él no te miente y no te decepcionará.

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11.6.13

CAMINANDO EN LOS TIEMPOS DE DIOS


Nuestros tiempos están en las manos de Dios. Vemos por ejemplo que a José (el hijo de Jacob), le llegó el tiempo de ir al faraón para interpretar sus sueños. Dios quiere usarnos en gran manera, sin embargo él desea trabajar primero en nuestro ser (carácter) y luego en nuestro quehacer (servicio). 

En José vemos la manifestación de los dones divinos, desde su adolescencia, tenía 17 años cuando fue vendido por sus hermanos y pasó trece años entre la casa de Potifar y la cárcel, lugares donde aprendió no sólo administración, sino perdón, tolerancia, humildad, sujeción, responsabilidad, etc, y desarrolló aún más el don recibido del cielo. Ahora el Señor, aprueba su aparición en público, y José tiene claro su lugar y da la gloria a Dios, pues dice a faraón: 

“No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia al faraón” (Génesis 41:16).

 Caminemos con Dios y en sus tiempos, él todo lo hace bien, no te apresures, ni te estanques, sólo síguelo, él hará su voluntad y todos verán la gloria de Dios. 

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4.6.13

PROCUREMOS OÍR LA VOZ DE DIOS



Cuando enfrentamos tiempos de adversidad, casi que por instinto de salvación, reaccionamos diseñando rápidamente un plan a seguir, procurando superar la crisis que atravesamos. De ésta manera reaccionó Isaac, pues Gén. 26:1  nos dice que:

“hubo hambre en la tierra” y él planeó ir a Egipto, como hacían las personas de la época ante ésta situación. Sin embargo Dios le habla, no sólo para prevenirlo sino para conducirlo al lugar de la bendición. Esto implica un desafío para Isaac, pues debe desarrollar y mantener un corazón sensible a Dios para seguir Su voz, el Señor le dice: 

“habita en la tierra que yo te diré” (por eso debemos invertir más tiempo en la escuela del Espíritu, para escuchar a Dios y desarrollar un corazón sensible a Su dirección, esto nos librará de dolorosos fracasos y penosas vergüenzas). Procuremos alcanzar el testimonio de su Espíritu y seguir su dirección, allí reside la verdadera bendición.