Es fundamental procurar la paz de Dios en nuestro corazón, pues en ésta atmosfera de quietud es dónde se puede oír a Dios. Recordemos que las manifestaciones de Dios, pueden ser fuertes y estruendosas, por ej: en el monte Horeb (conocido como monte de Dios) Elías vió y oyó el poderoso y recio viento, el terremoto y el fuego... pero la voz de Dios se escuchó en medio de un silbo apacible y delicado.
Por eso, es necesario aquietar el corazón y no permitir que la ansiedad y el afan nos lleven a tomar malas decisiones, sino que "la paz de Dios gobierne nuestros corazones" (Colos. 3:15) y allí alcanzaremos el testimonio del Espíritu que nos guiará. No te angusties, ni te apresures, tu Padre Celestial quiere guiarte y llevarte al cumplimiento de tu destino, adelante, Él tiene grandes cosas para tí.
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